Cerrar los ojos para verlo todo

Ty Webb, hace 40 años, en la película Caddyshack le decía a su caddy con los ojos vendados: «Hay una fuerza en el universo que hace que las cosas sucedan y todo lo que tienes que hacer es ponerte en contacto con ella. Deja de pensar. Deja que las cosas sucedan. Y sé la pelota». Sergio García acaba de ganar el Sanderson Farm, torneo del circuito US PGA, pateando con los ojos cerrados y muchos no dejan de sorprenderse de una ejecución técnica que nunca jamás llevarían al terreno del juego real en competición.

Sergio García comentaba al final del torneo lo siguiente: «Creo que lo mejor de todo esto es que mi mente estuvo muy clara durante toda la semana. Sabía lo que quería hacer prácticamente en cada tiro que acertaba. … Tuve mucha confianza durante toda la semana. Creí en mí mismo toda la semana», apuntando al final de su intervención en la rueda de prensa algo que creo es el núcleo fundamental de su actuación: «Cerrando los ojos puedo sentir el golpe… y dejar que mi habilidad natural se haga cargo».

Son varias las cuestiones que se deducen de las palabras del rendimiento de Sergio García. De un lado, un nivel de confianza muy alto así como un rango de autoconfianza en sí mismo muy elevado, lo que le permitió un grado de libertad en las ejecuciones y un grado de aceptación del resultado de sus golpes verdaderamente extraordinarios.

Por otro lado, tanto en su juego de tee a green como en los propios greenes ejerció dos componentes mentales fundamentales en el rendimiento deportivo pero que en el golf adquieren una relevancia esencial. Por una parte se advertía su actitud de permanecer en el presente en todo momento manteniendo el denominado estado mushin y de otra parte, el estar muy concentrado buscando el enfoque preciso del objetivo con sus ojos o quiet eyes, lo que se tradujo en una buena relajación (respiración), en un buen análisis de las situaciones de juego (estrategia) y unas rutinas de pre y post golpe muy poderosas.

Pero tal vez ese estado de confianza, de concentración, de fijación, enfoque y de relajación se expandió hasta límites insospechados en los greenes. No es ningún secreto que Sergio García lleva muchos años intentando mejorar el putt. Cambios de putter, cambios de grip, cambios de técnica, todo con tal de patear mejor. No ha sido la primera vez que ha ejecutado su golpe de putt con los ojos cerrados, ya en el Master de 2017 que ganó lo hizo, pero es quizás ahora, después de unos años difíciles, cuando todo se ha juntado para bien.

La técnica de los ojos cerrados requiere de una autoconfianza tremenda, desde el punto de vista mental supone dejar que el hemisferio derecho de nuestro cerebro se ocupe del golpe, de permitir que las sensaciones tomen el mando de la ejecución del golpe, de permitir que todo se desarrolle de forma natural, sin juicios, sin dudas, sin miedos, sin pensar en la técnica, solo decidir a dónde debe ir la bola y dejar que el golpe fluya cerrando los ojos.

El método FG Golf Mental Coaching le ayuda a estar en la «zona» a través del estado Mushin, a enfocarse mediante la técnica de Quiet Eyes y a desarrollar el potencial que tiene y que aún no ha descubierto.