
19 Feb El sesgo de negatividad
“El golf es un compromiso entre lo que tu ego quiere que hagas, lo que la experiencia te dice que hagas y lo que tus nervios te permiten hacer”
Bruce Crampton.
¿Por qué nos empeñamos siempre en enfocarnos o en ver lo negativo?
Podemos definir el sesgo de negatividad como la tendencia a darle mayor importancia a aspectos negativos de un determinado evento, persona o situación o, dicho de otra manera, al hecho de darle más relevancia a los estímulos negativos por encima de aquellos que puedan ser positivos o neutrales, de manera que cualquier acontecimiento de naturaleza negativa tendrá un valor o intensidad mayor en los estados psicológicos y emocionales de algunas personas antes que otros acontecimientos de naturaleza neutral o positiva.
El sesgo de negatividad se encuentra en nuestro cerebro primitivo como una adaptación que nos ayudó a sobrevivir hace cientos de miles de años. Nuestros remotos antepasados no poseían nuestro actual cerebro evolucionado, de manera que tenían que enfrentarse a muchas experiencias. La respuesta primigenia ante los peligros de aquellos primeros seres humanos era la de huir, luchar o permanecer quietos y en su búsqueda permanente de alimento se movían y actuaban instintivamente por la recompensa mental. Si encontraban unas frutas sabrosas la recompensa era positiva y volverían al lugar en donde las habían encontrado, si eran incomestibles la recompensa era negativa y ese lugar quedaba descartado. Así fue como evolucionaron y sobrevivieron.
En nuestros cerebros actuales se mantiene esa herencia original y milenaria de supervivencia a pesar de que ya no nos encontramos con tigres de diente de sable y no tenemos que ir a la aventura de encontrar comida, pero en situaciones de riesgo, tensión o estrés la respuesta inicial de nuestro cerebro sigue siendo la misma, aunque adquiera diversas maneras de manifestarse. En estas situaciones podemos ser críticos con los demás o con nosotros mismos, podemos ser presa de la ira y, sobre todo, podemos tender a tomar decisiones basadas sobre una percepción negativa de la información.
Científicamente se ha demostrado que la información negativa produce una mayor estimulación neuronal en el cerebro (1) de manera que recordamos mejor los traumas, las decepciones, los accidentes, los errores o los insultos antes que los acontecimientos positivos. En definitiva tendemos a recordar más todo aquel suceso negativo que nos acontezca.
El sesgo de negatividad también puede influir en la información que consumimos pues algunos estudios han demostrado que las noticias negativas tienen más probabilidades de ser percibidas como verdaderas ya que la información negativa impacta más en nuestra atención (2) además de que puede modelar hasta nuestra orientación política (3). En definitiva el sesgo de negatividad es una parte inevitable de nuestra condición de humanos que nos ayuda a sobrevivir.
Ya hemos visto que el golf, por sus propias características como deporte individual de gran complejidad técnica y mental, demanda altas dosis de adaptación, de resiliencia, de control emocional y de esfuerzo aeróbico y el sesgo de negatividad inherente a nuestra naturaleza humana, al enfocarnos en determinados aspectos o lances negativos del juego, no viene sino a complicar aún más nuestro frágil equilibrio emocional provocando un aumento de nuestros niveles de tensión, estrés y ansiedad
No es fácil superar el sesgo de negatividad que se aloja en nuestro cerebro primitivo pero sí es cierto que podemos enfrentarnos a él modulando las consecuencias que produce en nuestros pensamientos y emociones para así evitar los efectos perjudiciales que se puedan ocasionar para nuestra salud mental. La atención plena, el diálogo interno, el diario de lo positivo (escribir todo lo bueno que nos pase en el juego y en la vida), el celebrar nuestros buenos golpes y fijarlos en nuestra memoria son tan sólo algunas de las acciones de afrontamiento que podemos llevar a cabo ante el sesgo negativo.
Algunas de estas acciones las pueden encontrar en el Blog de mi web y otras las podrán ver en los próximos posts que iré publicando.
(1) T.A. Ito, J Larsen, N K Smith y J T Cacioppo (1998). “Information weighs more heavily on the brain: the negativity bias in evaluative categorizations” Ohio State University, Columbus, USA.
(2) Benjamin E. Hilbig (2012). “Good Things Don’t Come Easy (to Mind). Explaining Framing Effects in Judgments of Truth”. University of Koblenz-Landau.
(3) John R. Hibbing, Kevin B. Smith y John R. Alford (2014). “Differences in negativity bias underlie variations in political Ideology”
Francisco González
www.golfmentalcoaching.com
fggolfmentalcoaching@gmail.com