Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo

Ya ha pasado un año desde que les escribía acerca del empeño de los seres humanos en crear males para destruir todo lo bueno que reside en nuestra propia naturaleza humana. Es como si pareciera que no sabemos desprendernos de la mentira, de la calumnia, de la falta de generosidad y de perdonar, de la envidia, del individualismo radical, del fanatismo y, en este año que acaba, de no saber resolver nuestras diferencias sino con la violencia, la guerra y el dolor.

No deberíamos olvidar que en la tradición cristiana y en este tiempo de Navidad siempre resuenan algunas de las palabras de Jesús acerca de cómo debería ser la convivencia entre los seres humanos:

“No enjuiciéis sin pruebas, no condenéis sin más, perdonad, no juzguéis por las apariencias, no hagáis nada por rivalidad o vanagloria, fomentad la paz, mostrad aprecio por todos, no habléis mal los unos de los otros, no hagáis el bien para que os vean…”

Este año he recordado también que en la tradición Theravada puedes utilizar una idea para acabar con otra. Puedes equilibrar una emoción negativa con otra, que la entrega es lo opuesto a la codicia, y la bondad lo contrario al odio.

En la tradición Theravada la meditación Vipassana o Mindfulness de atención plena se dirige a erradicar el ego y especialmente a erradicar los pensamientos de rechazo y condena sobre uno mismo, permitiendo que los buenos deseos fluyan primero sobre uno mismo para después expandirlos hacia las demás personas, próximas o no, sobre tus enemigos y sobre todos los seres vivos.

Así en esa tradición y en la meditación mindfulness se usan también algunas frases y palabras de Buda que muy bien pueden acompañar a las anteriores de Jesús:

“Que pueda yo, mis padres, mis maestros, mis parientes, mis amigos, las personas que me son desconocidas, mis enemigos y todos los seres vivos estar bien, felices y en paz. Que no sufran daño. Que no experimenten ninguna dificultad. Que no se vean afectados por ningún problema. Que puedan encontrar siempre el éxito. Que puedan tener la paciencia, el valor, el entendimiento y la determinación necesarias para enfrentarse y superar las inevitables dificultades, problemas y fracasos que les depare la vida».

Como personas, como deportistas y jugadores/as de golf debemos de establecer nuestras propias metas vitales y deportivas y comprometernos firme y decididamente en un proceso que nos lleve a conseguirlas pues aunque no las alcancemos finalmente sabremos que hemos hecho todo lo posible por lograrlas.

Pero también debemos de comprometernos a actuar bajo un código de conducta que se inspire en las palabras de la tradición cristiana o de la tradición budista que acabo de exponerles, porque para alcanzar nuestro pleno desarrollo personal y deportivo tenemos que desprendernos de nuestro ego, de nuestra ira, de nuestra vanagloria, de nuestros rencores y de nuestra obsesión por el resultado.

Espero y deseo que sean muy felices en esta Navidad y también espero y deseo que el Año Nuevo sea un año en el que sepamos encontrar la armonía, el equilibrio y la paz mental que no sólo hagan mejor nuestro golf sino que también hagan mejor nuestras vidas y las de aquellos que están junto a nosotros.

¡¡ Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo !!

 

Francisco González
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