
31 Oct SALUD MENTAL Y GOLF
En los últimos meses hemos presenciado varios casos de deportistas que han planteado su retirada temporal de las competiciones al no poder soportar la presión emocional que las mismas les causaban. Así, podemos citar a Carey Price, considerado el mejor portero canadiense de la NHL; Naomi Osaka, la tenista retirada durante el Roland Garros de este año; o Simone Biles en las recientes Olimpiadas.
Por lo que respecta a nuestro deporte del golf, son recientes los casos de John McLaren el veterano caddie de Paul Casey agotado y estresado mentalmente «La acumulación de los últimos 18 meses de viaje, las pruebas de COVID y la incertidumbre han pasado factura, no solo a mí, sino a cómo me siento en casa con mi familia, y una vez que eso comienza a tener un impacto en mis hijos pequeños y mi esposa, a quien amo mucho, entonces comienzan a surgir preguntas sobre los sacrificios relacionados con mi trabajo”
Matthew Wolff, quien, de la noche a la mañana llegó y triunfó en el PGA Tour, para pocos meses después, sentado en un banco de Augusta con la cabeza gacha, derrotado y luego de un resultado horroroso y descalificado por firmar mal la tarjeta, decidir retirarse voluntariamente durante dos meses para tratar de encontrar de nuevo la felicidad en su vida.
O por último, Jon Rahm, en Valderrama, cuando totalmente agotado declaró antes las cámaras: “voy a estar cuatro semanas por primera vez en mi vida sin coger un palo, necesito descansar”
Es cierto que las exigencias para un jugador/a amateur de golf no son las mismas que las de un/a profesional, pero también no es menos cierto que algunos de los requerimientos que el golf impone y solicita a los jugadores/as amateurs afectan, en buena medida, a los beneficios para su salud mental y física.
«La investigación científica muestra claramente que se pueden obtener importantes beneficios para la salud física y mental al jugar al golf. Creemos que el golf puede brindar una oportunidad fantástica para que personas de todas las edades y habilidades se diviertan, se pongan en forma y socialicen con familiares y amigos, algo que es importante para la sociedad actual. Necesitamos posicionar el golf como una actividad de ocio a la que todos pueden acceder y disfrutar, y fomentar la defensa del deporte como una actividad física de intensidad moderada por parte de agencias gubernamentales, organismos de salud pública y profesionales de la salud», indica Martin Slumbers, director ejecutivo de The R&A. (Estudio Golf y Salud de The R&A)
En paralelo, otros estudios recientes sobre los beneficios del golf en personas mayores (estudios de la profesora Maria Stokes en la Universidad de Southampton y el Dr. George Salem en la Universidad del Sur de California) sugieren que el golf puede cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para las personas mayores, lo que potencialmente podría calificar al golf para la prescripción social y los esquemas de referencia entre los responsables políticos para ayudar a controlar las condiciones y mejoras de la salud pública.
Se ha podido constatar el crecimiento del golf durante la pandemia: un mayor número de vueltas realizadas, el incremento en la venta de palos y un aumento de nuevos golfistas al carecer de la opción de practicar otros deportes.
En el Reino Unido, el Dr. Roger Hawkes supervisó el Golf & Health Project (2016-2020) que se estableció para subrayar los beneficios del golf. Entre los hallazgos publicados se encuentra que jugar con regularidad al golf puede ayudar a «reducir la ansiedad, mejorar la confianza y aumentar la autoestima, todo lo cual contribuye a mejorar el bienestar mental«. Según Hawkes, ex director médico del European Tour, esos hallazgos influyeron en que los funcionarios gubernamentales ingleses dieran prioridad a la apertura de campos de golf.
Pero aunque no es nada nuevo ensalzar el papel del golf para beneficiar a nuestras mentes y a nuestro cuerpo, la pandemia ha provocado un cambio de punto de vista inesperado al replantear el deporte del golf como algo que no solo queremos hacer, sino quizás como algo que también deberíamos hacer.
En nuestro país nos enfrentamos con una realidad nada alentadora y completamente desoladora pues el acceso al golf y a los beneficios mentales y físicos que produce en todas las edades es verdaderamente restringido y limitado por razones económicas.
Mientras que en muchos países de nuestro entorno (Escocia, Gales, Irlanda, Irlanda del Norte, Alemania, Suecia, Francia, Dinamarca, Italia…) el número de campos de golf públicos es enorme, en toda España hay 424 campos de golf y de ellos solamente 37 son de titularidad pública (18 campos de 18 hoyos y 19 de Pitch&Putt)
En Canarias hay 20 campos de 18 hoyos y 4 de Pitch&Putt y sólo uno de ellos, un Pitch&Putt, es de titularidad pública; el resto de los campos son clubs privados y campos comerciales con lo que el acceso de la población interesada en la práctica del golf se ve restringido por los costes de su práctica.
Es cierto que el peso del turismo del golf en el PIB de Canarias representa una cifra importante ya que supone un gasto medio de 1.699€ por turista y estancia de 9 días, cantidad que supera el gasto medio de los demás turistas que se cifra en 1,155€, pero en la vida no todo debería contemplarse como una única cuestión de beneficio económico.
El carácter estacional de las temporadas de turismo en Canarias que las distingue en Alta o Baja y su repercusión en el golf, afecta directamente a un gran número de practicantes en las islas pues, a pesar del respeto a la libertad empresarial para fijar los precios por el uso y disfrute de sus campos de golf, las diferencias de tarifas que se exigen a los residentes de las islas es tremendamente desorbitada de una temporada turística semestral a otra.
Valga como ejemplo que en este año de 2021 hemos podido constatar, en la isla de Tenerife, que en los campos comerciales (Temporada Baja: mayo a octubre) una vuelta de 18 hoyos (horario de 08h a 14h) se estipulaba en 30€ de media sin buggie o 40€ de media por jugador/a incluyendo un buggie obligatoriamente compartido, mientras que a partir del próximo mes de noviembre (Temporada Alta: noviembre a abril), por el mismo servicio, la cifra media se elevará a 72€ sin buggie o 90€ por jugador y buggie obligatoriamente compartido. Más del doble de una temporada semestral a otra.
Se puede constatar que en Temporada Baja existe interés, por parte de los campos comerciales, en los jugadores residentes con una oferta generosa de precios, mientras que en Temporada Alta esa oferta desaparece en favor del turismo. Para muchos jugadores/as locales residentes todo esto viene a significar un gran obstáculo e inconveniente en una práctica deportiva tan extraordinariamente beneficiosa para su salud mental y física.
Hace ya 30 años tuve la oportunidad de recorrer Dinamarca para un estudio relativo a instalaciones deportivas públicas. Ya en aquel entonces dichas instalaciones eran de acceso gratuito y la inmensa mayoría de ellas se orientaban exclusivamente para la práctica deportiva pues carecían de graderío (pabellones polideportivos, piscinas de 15 y 25 mts., gimnasios, etc). Estas pequeñas instalaciones se ubicaban en cada barrio y en cada pequeña ciudad. Ante mi sorpresa y curiosidad la respuesta que me dieron los responsables de la visita aún permanece viva en mi memoria: “preferimos invertir en deporte y educación física, desde muy temprana edad, antes que en hospitales”.
La inactividad física es responsable de más de tres millones de muertes en todo el mundo lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a llamar a la acción por los deportes.
FG Golf Mental Coaching no solamente se orienta a la mejora de su nivel de golf sino que se enfoca, por igual, en la mejora de su calidad de vida y de su salud.
Foto: Ben Walton