Tres propósitos simples para jugar mejor al golf

El entrenamiento mental de golf resulta complejo y arduo para el que se requiere de perseverancia y dedicación por parte del jugador/a que lo pone en práctica. Una de las capacidades en la que los entrenadores nos tenemos que esforzar, con gran afán, es hacer simple lo que resulta complicado.

Cuando practicas otros deportes, como el fútbol, el baloncesto o el tenis, la mayoría de las veces simplemente reaccionas a lo que sucede en el juego, por lo que es más fácil acceder a tus habilidades subconscientemente (sin «pensar»). Esto hace que el movimiento atlético/deportivo sea más fluido en lugar de ser interferido por el pensamiento consciente.

Cuando jugamos al golf esa respuesta no se produce tan fácilmente debido a la cantidad de tiempo en el que no se está jugando o lo que es lo mismo, no se está realizando el movimiento atlético/deportivo. El 90% del tiempo de una ronda se consume entre golpes, lo que supone más de 3 horas de una ronda de 4 horas de golf en las que solemos pensar acerca de cómo estamos jugando, por qué no estamos jugando bien, qué deberíamos de hacer, etc.

Todos estos pensamientos y estados emocionales negativos causan «ansiedad de rendimiento» que se manifiesta, entre otros, con los siguientes síntomas:

Tu frecuencia cardíaca aumenta
Hay tensión en los músculos (aumenta la presión de agarre)
No eres capaz de pensar tan claramente durante tu rutina
Hay un «pensamiento» mientras estás encima de la bola: «No lo falles”, “No la tires al agua” o “Tengo que dejarla dada…»
Te vuelves muy crítico contigo mismo y te enfureces o te insultas a ti mismo.

Las consecuencias de esto son el bajo rendimiento, la pérdida de control, el mal juego y la frustración.

Pero, no tiene que ser de esta manera. Con técnicas y propósitos simples, puedes aprender a jugar mejor, sobre todo, bajo presión.

¿Cómo lo hacemos?

Cuando sientes presión o ansiedad en el campo de golf, es porque te estás concentrando demasiado en las consecuencias o en los resultados. En el campo de práctica, o durante las rondas informales, simplemente te estás enfocando en lo que tienes que hacer (tu proceso) y cuál es el objetivo al que quieres mandar la bola (no la consecuencia de todo ello). Esa es la gran diferencia que existe en nuestro golf entre el campo de juego y el campo de prácticas.

Cuando tu mente está tranquila puedes hacer el golpe sin ningún pensamiento consciente.

Los 3 propósitos principales, a la par que simples, que puedes llevar a cabo en cualquier ronda son: Proceso, Estar en el Presente y Aceptación.

 

1. Proceso

Si haces que el proceso sea el fin de cada golpe, te aseguras de estar haciendo las cosas que necesitas hacer para maximizar tus posibilidades de éxito. Las rutinas pre-golpe y post-golpe te permiten concentrarte adecuadamente en el proceso y te permiten acceder a un estado mental de tranquilidad sin pensamientos conscientes y a un nivel de compromiso total con lo que quieres hacer de la forma más fluida posible.

El enfoque por procesos es lo opuesto al enfoque por resultados, esto te mantiene implicado con lo que puedes controlar (tu proceso), en lugar de lo que no puedes controlar completamente (tu puntuación) y además, con ello, reduces la ansiedad de rendimiento y haces que una puntuación baja sea más posible.

2. Estar en el Presente

Estar en el presente durante una ronda de golf es muy importante, especialmente para jugar mejor bajo presión. Cuando estás en el presente, tu mente está tranquila y tu cuerpo está libre de tensión.

Cuando piensas demasiado en lo que ya ha sucedido (pasado) o en lo que podría suceder (futuro) tu mente se desenfoca y se desentiende de lo importante: qué tienes que hacer y en dónde quieres que la bola llegue. Debes de practicar estar en el presente dentro y fuera del campo.

3. Aceptación

La aceptación del resultado o la consecuencia de cada golpe que hagamos es una necesidad irrenunciable en el golf. Todos cometemos errores (incluidos los jugadores del Tour) y todos tiramos mal de vez en cuando, de la misma manera que todos realizamos grandes golpes también.

Aceptar y olvidar el resultado de los golpes malos nos debe llevar a ser autocompasivos en el campo (no castigarnos a nosotros mismos). Celebrar un gran golpe nos debe llevar a aceptarlo con sencillez y humildad para guardarlo en nuestra memoria y recurrir a él en situaciones de juego difíciles o comprometidas. Ambas aceptaciones representan otra medida del éxito de la que el jugador tiene que hacerse responsable.

Haz de estos fines tus 3 propósitos para cada ronda en lugar de centrarte en los resultados y la puntuación, y sin duda jugarás mejor, estarás más tranquilo bajo presión y tendrás más éxito en los torneos.

El método FG Golf Mental Coaching con la ayuda de la FocusBand enseña y establece rutinas específicas para cada jugador/a.

 

Credit photo: Hannah Green, AP